viernes, 10 de febrero de 2017

EL ENSAYO

EL ENSAYO COMO GENERO LITERARIO

El ensayo es uno de los géneros literarios de mayor auge en la época moderna. Ese auge se debe sin duda a la naturaleza misma que presenta este genero.
El contenido del ensayo es múltiple y variado. Cualquier tema puede ser materia de ensayo, aunque los temas mas tratados son los filósofos, sociológicos, históricos y religiosos.
Por su estructura, el ensayo es un tratado breve donde el autor analiza un tema sin un método científico riguroso. El ensayista escribe sobre ese tema tal y como el lo ve, y lo interpreta según su postura y punto de vista. Esta visión particular con que el autor enfoca los temas que trata hace que el ensayo sea eminente subjetivo. Ese carácter subjetivo y la multiplicidad de los temas que trata hacen del ensayo una de las formas literarias preferidas en la actualidad.
El ensayo tiene por misión orientar al lector en su camino hacia temas nuevos y hacia nuevos aspectos de temas conocidos. El lector de nuestro tiempo necesita la información divulgadora y rápida del ensayo. Cualquier tipo de ensayo necesita estar muy bien escrito, o sea, llevar el sello de un buen estilo; por lo tanto, requiere simultáneamente la dimensión intelectual y las dimensiones estético-literarias de la prosa.



EL ENSAYO HISPANOAMERICANO

 El ensayo americano se remonta a la época colonial, pero solo a raíz de la Independencia se perfila como genero literario. Los intelectuales de la época escribieron a favor de la autonomía política y abrieron al pensamiento nuevas formas de expresión. La expresión artística de lo ideológico fue muy buscada por los hispanoamericanos, y, por tanto, el ensayo adquiere pleno desarrollo y una alta calidad artística con al renovación de la prosa realizada por el Modernismo.
El ensayo hispanoamericano se encauza por dos corrientes fundamentales: la sociológica y la literaria. En lo que respecta al ensayo sociológico, este tiene su origen en la necesidad de definir el concepto de nacionalidad, en la interpretación del pasado, el mestizaje, el problema del indio, el imperialismo económico, etc. Desde sus origines, el ensayo se pondrá al servicio de las ideas sociales, políticas, económicas y culturales de los pueblos del continente. Como precursores de esta corriente encontramos al argentino Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) y al uruguayo Jose Enrique Rodo (1871-1917). Destaca fundamentalmente el mexicano Jose Vasconcelos (1881-1959), que escribe sobre filosofía, estética, historia, pero sus aciertos mas notables los logra cuando escribe sobre el tema americano. Tal vez el mas conocido de sus ensayos sea "La raza cósmica", donde postula que el futuro de los pueblos estará en manos de una raza arraigada en el tropico americano, cuna de la raza dominadora del mundo. Dicha raza, la raza cósmica, la raza mestiza de America, surgira de la fusion de todas las razas. El dominicano Pedro Henriquez Ureña (1884-1946) trata en su obra de comprender las esencias del americanismo. El argentino Ricardo Rojas (1882-1857) sintetiza en sus escritos el alma de su pais e intenta definir el concepto de argentinidad. El peruano Jose Carlos Mariategui (1895-1930) enfoca el ensayo desde el punto de vista de lo economico, sociológico y político. El novelista argentino Eduardo Mallea es el mejor interprete del sentir argentino; su novela participa de la temática de sus ensayos. El mexicano Leopoldo Zea analiza los problemas generales de Latinoamérica y los especificos de la realidad de su país. El escritor cubano Jose Antonio Portuondo se adentra en la especulación sobre la sociología de la cultura y de la literatura.
Dentro del ensayo literario destaca  el mexicano Alfonso Reyes (1889-1959), que, con una prosa de gran pureza, acude a la estetica y a la sociología para escribir una extensa obra. Entre sus ensayos mas importantes estan "Cuestiones estéticas", "Visión del Anahuac", "La experiencia literaria" y "El deslinde". Otro importante ensayista literario es el ya citado Henriquez Ureña, cuyas obras mas conocidas son "Ensayos criticos", "Historia de la cultura en America Latina" y "Plenitud de América".
El argentino Enrique Anderson Imbert analiza la situación de la critica contemporánea.
Por ultimo, el poeta y ensayista Octavio Paz analiza la idiosincrasia del mexicano en "El laberinto de la soledad", y  en " El arco y la lira", la teoría de la expresión poética. Sus libros "Las peras del olmo" y "Cuadrivio" son colecciones igualmente de ensayos literarios.

http://espacioliterario.obolog.es/ensayo-hispanoamerica-223512


EL TEATRO


EL TEATRO HISPANOAMERICANO:

RAÍZ INDIA Y TRONCO POLIFACÉTICO




En el siglo XX, después de las dos guerras mundiales, vienen inmigrantes y refugiados de distintos lugares de Europa y hasta de Asia. En la ciudad de Buenos Aires, llegó un momento en que se representaban obras en italiano, francés, inglés, alemán y yiddish.
Aspectos filológicos del teatro.
Vamos tener en cuenta primero algunos aspectos filológicos para entrar de lleno después en el teatro como género literario. Tomaremos en consideración la indumentaria y los locales. Si nos ocupamos primero, con un criterio comparativo teniendo en cuenta a teatros muy antiguos, vemos que existen coincidencias notables, (nosotros no podemos hablar de influencias, quede eso para los arqueólogos). En nuestras investigaciones en Centroamérica con referencia al Baile de los gigantes, pudimos constatar que el susodicho baile (obra antiquísima cuyo origen se remonta al Popol Vuh) se ha clasificado como parte del folklore erróneamente. (En las piezas de los tres núcleos culturales que acabamos de mencionar, por lo general la música y la danza se unen a la parte hablada). Pues bien, en esta obra se han perdido los diálogos y se han conservado la música y el baile en casi todas las tribus mayances. Pero en la tribu de los Chortís (que conservan formas más arcaicas) se siguen representando las partes habladas.
Todo esto nos permite demostrar la estructura de la obra teatral primigenia fraccionada con posterioridad en otros lugares. Nos encontramos en ella con un detalle bien curioso en referencia a los trajes, aunque de forma europea, el Rey lleva los cuatro colores rituales: rojo, blanco, amarillo y azul, mientras que el Gigante Negro viste de azul con franjas amarillas. Los verdaderos protagonistas son dos jóvenes que representan a los gemelos redentores del Popol-Vuh: Xunapú e Ixbalanqué, cuyo nombre cambia en la colonia, y como en algo se parece su historia a la del David bíblico, el indio les llama Gavites. Uno de ellos representa a la Luna, el más joven, y el otro al Sol. El primero viste de amarillo y lleva un velo nada menos que con 24 dibujos rectangulares, catorce de color oscuro y diez de color claro. El Gavite solar viste pantalones rosados con una blusa blanca y las mangas también rosadas. Tiene triángulos en el ruedo del pantalón. Es decir, que los trajes simbolizan lo que significa el personaje dentro de la trama y no se ocupan de reconstruir modas regionales o de tradición histórica… En la China, en el teatro tradicional, los trajes son los correspondientes a la antigua dinastía; pero, por otro lado, el color señala un aspecto del personaje: su carácter, su edad o condición sicológica; y así el blanco representa al traidor, el negro a los simples y rectos, el amarillo al astuto, el rosa es el color de los viejos, el azul el de los crueles, y el verde el del demonio. El Noh japonés reproduce los trajes de la clase noble de la época medieval, que es algo así como una especie de sobretodo cruzado por delante. Si lleva una ancha franja en la cintura es que se trata de un personaje noble. Sin la franja puede ser el fantasma de una dama de la corte o una bailarina, y si lleva enrollada la manga derecha es un guerrero.
http://www.circulodeculturapanamericano.org/estudios_sub_pgs/EL%20TEATRO%20HISPANOAMERICANO.htm



DRAMATIZACION


VARIEDAD LINGUISTICA


Una variedad o variante lingüística es una forma específica de lengua natural, caracterizada por un conjunto de rasgos lingüísticos usados por una determinada comunidad de hablantes vinculados entre sí por relaciones sociales o geográficas.
Las variedades lingüísticas son distintas formas que adquiere una misma lengua de acuerdo al lugar en que vive el hablante (esta variedad se denomina dialecto), a su edad (esta variedad se llama cronolecto) y a su grupo social donde también influye el nivel de educación (sociolecto). Las diferencias pueden estar relacionadas con el vocabulario, la entonación, la pronunciación o la confección de expresiones; y en general se manifiestan más claramente en la oralidad que en la escritura. De esta forma, cuando escuchamos hablar a alguien, podremos suponer en qué región reside (si en la zona Metropolitana o la zona rural, por ejemplo), de qué grupo etario forma parte (es un niño, un adolescente, un adulto, un anciano) y qué nivel educativo tiene.
El término variedad es una forma neutral de referirse a las diferencias lingüísticas entre los hablantes de un mismo idioma. Con el uso del término variedad se pretende evitar la ambigüedad y falta de univocidad de términos como lengua o dialecto, ya que no existen criterios unívocos para decidir cuándo dos variedades deben ser consideradas como la misma lengua o dialecto, o como lenguas o dialectos diferentes.

Tipología de variedades lingüísticas


Las variedades pueden ser distinguidas, además de por su vocabulario, por diferencias en su gramáticafonología y prosodia. Existen diversos factores de variación posible asociados a la geografía, la evolución lingüística, los factores sociolingüísticos o el registro lingüístico.
  • Variedades diatópicas o geográficas. Los cambios de este tipo pertenecen a la variación diatópica y consisten en que existen variantes en la forma de hablar una misma lengua debido a la distancia geográfica que separa a los hablantes.1 Así, por ejemplo, en España le dicen cerillas al objeto que en América se denomina fósforos.
A estos cambios de tipo geográfico se les llama dialectos (o más propiamente geolectos) y, a su estudio, dialectología. Es importante aclarar que este término no tiene ningún sentido negativo, pues, ha sido común llamar dialecto a lenguas que supuestamente son “simples” o “primitivas”. Hay que tener presente, ante todo, que todas las lenguas del mundo, desde el punto de vista gramatical, se encuentran en igualdad de condiciones y ninguna es más evolucionada que otra. Por eso, es ilógico afirmar que una lengua es mejor que otra.
Los dialectos son, entonces, la forma particular con la que una comunidad habla una determinada lengua. Desde este punto de vista se suele hablar del inglés británico, del inglés australiano, etc. Sin embargo, hay que tener presente que los dialectos no presentan límites geográficos precisos, sino que, al contrario, se ha visto que estos son borrosos y graduales. De ahí que se considere que los dialectos que constituyen una lengua forman un continuum sin límites precisos. Muchos suelen decir que una lengua es un conjunto de dialectos cuyos hablantes pueden entenderse entre sí. Sin embargo, esto puede ser aproximadamente válido para el español, no parece serlo para el alemán, ya que hay dialectos de esta lengua que son ininteligibles entre sí. Por otro lado, estamos acostumbrados a hablar de lenguas escandinavas, cuando, en realidad, un hablante sueco y uno danés se pueden entender usando cada uno su propia lengua.
En lo que respecta al español, tradicionalmente se ha considerado que existen dos variedades generales: el español de España y el español de América.
  • Variedades diacrónicas. Este tipo de variación está relacionado con el cambio lingüístico, cuando se comparan textos en una misma lengua escritos en diferentes épocas se aprecian diferencias sistemáticas en la gramática, el léxico y a veces en la ortografía (frecuentemente como reflejo de cambios fonéticos). Estas diferencias son claramente crecientes a medida que se comparan textos más separados en el tiempo. A cada uno de los estadios más o menos homogéneos circunscritos a una cierta época se les denomina variedad diacrónica. Por ejemplo para el idioma español puede distinguirse el español moderno (que a su vez presenta diversidad geográfica y social), el español medio y el español antiguo.
  • Variedades sociales o diastráticas. Este tipo de variaciones comprenden todos los cambios del lenguaje producidos por el ambiente en que se desenvuelve el hablante.2 Dentro de este ámbito, interesa sobre todo el estudio de los sociolectos, los cuales se deben a factores como la clase social, la educación, la profesión, la edad, la procedencia étnica, etc. En ciertos países donde existe una jerarquía social muy clara, el sociolecto de la persona es lo que define a qué clase social pertenece. Ello supone, por supuesto, una barrera para la integración social.
  • Variedades situacionales. Conocidas también como variaciones diafásicas, este tipo de variantes involucra cambios en el lenguaje a partir de la situación en que se encuentra el hablante. Como se sabe, no hablamos igual en una fiesta de amigos que en una actividad religiosa. Desde este punto de vista, lo que provoca el cambio es el grado de formalidad de las circunstancias. El grado de formalidad se entiende como la estricta observancia de las reglas, normas y costumbres en la comunicación lingüística.3
Tomando en consideración este factor, los especialistas hablan de la existencia de diversos registros o estilos. De este modo, los enunciados “A los que estaban allí les entró risa cuando oyeron lo que les dijo el que hablaba” y “Las palabras emitidas por el conferenciante suscitaron la hilaridad del auditorio” difieren en su registro. Los hablantes, al momento de expresarse, deben elegir un registro adecuado a la circunstancia en que se encuentra.
No existe acuerdo en cuanto a cuántos y cuáles tipos de registros existen. Por lo general, se distinguen los siguientes: solemne, culto o formal, estándar, profesional, coloquial, vulgar y jergal.
En muchas regiones de América, el uso de los pronombres vos y usted se encuentra dentro de este tipo de variación, pues el primero se utiliza en contextos informales, mientras que el segundo se usa en situaciones formales. Así, todos somos susceptibles de ser interpelados con vos o con usted dependiendo del evento en que nos encontremos.
Los vulgarismos e idiotismos son a veces considerados como formas de estilo, al estar limitados a variaciones de léxico, mientras que los argots pueden ser incluidos tanto en el concepto de variedad como de estilo.
https://es.wikipedia.org/wiki/Variedad_ling%C3%BC%C3%ADstica


TEATRO HISPANOAMERICANO

Momentos claves en el teatro hispanoamericano del siglo xx
Con suficiente perspectiva cronológica se puede identificar ciertos eventos, momentos o individuos que marcaron nuevas direcciones en la historia. Este comentario intenta ver, por medio del teatro latinoamericano del siglo xx, algunos de los autores y directores, además de ciertos eventos o cambios políticos, que impactaron la dirección del teatro a lo largo del hemisferio en el siglo pasado. Cualquier inventario de esta índole es siempre sospechoso, y al mismo tiempo se corre el riesgo que otros personajes y eventos de tal vez igual importancia queden sin mencionar. Mi única defensa en este caso es bastante subjetiva, y recurre a ciertas nociones de gustos y experiencias personales. Sin embargo, dentro del contexto original de consideraciones transculturales y transnacionales donde se presentó la versión original de este estudio, esperamos encontrar puntos de contacto mutuo1 . Vamos a comenzar con el año 1968, un año clave, según mi modo de ver, por varias razones. El Festival Internacional de Teatro que tuvo lugar en Manizales, Colombia, en octubre fue un evento clave porque llegó a ser el modelo para otros festivales internacionales de teatro posteriores. Hasta los años 50 o 60, los críticos han señalado que el teatro latinoamericano era básicamente europeo, o tal vez norteamericano, en sus temas y técnicas. Los festivales ayudaron a estimular una revisión de este panorama. De esta manera, los teatristas y grupos latinoamericanos comenzaron a verse en relación con sus vecinos para considerar el significado de lo que es ser latinoamericano, y para buscar inspiración en sus raíces culturales locales y sus historias. El espíritu de camaradería, o animosidad en algunos casos, se alzó en los foros organizados después de los espectáculos donde los participantes hablaban sobre sus concepciones y contextos, sus sueños y aspiraciones, sus objetivos y sus logros. Entre la gran acumulación de talento en el festival se encontraban Miguel Ángel Asturias y Pablo Neruda. El festival funcionó como una competencia con un panel distinguido para evaluar las funciones: Pablo Neruda (Chile), Atahualpa de Cioppo (Uruguay), Jack Lang (Francia), Carlos Miguel Suárez Radillo (España) y Santiago García (Colombia). El montaje que ganó fue el del TEC de Colombia con una pieza, irónicamente, de Megan Terry, Guárdese bien cerrado en un lugar seco y fresco. El Festival de Manizales no fue, por supuesto, el primer festival teatral de Latinoamérica. Los festivales se celebraban regularmente en Venezuela, México y otros países. Sin embargo, la originalidad de Manizales se basó en su carácter transnacional, atrayendo a grupos no sólo de Colombia sino también de Argentina, Brasil, Ecuador, Paraguay, Perú y Venezuela. Pero, lamentablemente, el festival de Manizales también tuvo malas épocas (incluso se suspendió durante unos diez años), pero ha sobrevivido unas 26 temporadas hasta ahora, aunque algo disminuido en sus dimensiones. Los festivales mayores pronto llegaron a Caracas, Bogotá, Bolivia, Centro América, desde 1986 a Cádiz, y muy recién a Buenos Aires. Un segundo momento clave es la Revolución cubana de 1959. Su influencia sobre el teatro, no sólo de Cuba sino en toda la América latina, fue enorme. Cuando el gobierno reconoció la posibilidad de utilizar el teatro como vehículo para su ideología partidaria, los presupuestos teatrales en Cuba subieron a niveles apenas imaginables. Se creó Conjunto en 1964, una revista que se repartía internacionalmente, y la Casa de las Américas invitó a los literatos distinguidos de toda la América latina para participar en los concursos. Aunque esta ilusión cubana pronto se desmoronó, el nivel de admiración y la solidaridad de otros hacia Cuba inspiró a los teatristas a lo largo de las Américas. La política y la ideología, en parte una reacción contra la actitud norteamericana imperialista hacia la Revolución, tuvo un impacto sobre el movimiento izquierdista en el teatro en un momento cuando muchos países sufrían sus propias dictaduras derechistas . El entusiasmo por un cambio social que se encontraba en Cuba en los primeros años fue palpable, y cuando un escritor como José Triana, que había huido de Cuba para escapar de la tiranía de Batista, volvió de Madrid para ofrecer sus talentos al servicio de su país, rápidamente logró un éxito internacional, como lo que se vio en el caso de La noche de los asesinos. Pero el gobierno sospechaba intenciones subversivas y lo silenció, igual que a Antón Arrufat y a Heberto Padilla. Sin duda la política se prestó a callar el talento simplemente para ganar control del objetivo de hacer promoción de la ideología revolucionaria. Aun así, a lo largo de los años 70 y hasta los 80, Cuba continuó ejerciendo mucha influencia por toda la América latina por medio de su programa de publicación de textos, sus concursos para nuevos talentos en diferentes géneros, y por la alta calidad de los actores que mandó al extranjero, sea en música, danza o teatro. Si Cuba se encontraba en condiciones de exportar su ideología revolucionaria, a pesar de sus propias condiciones miserables, de todas maneras seguía sirviendo como inspiración para el teatro politizado de la izquierda. Obviamente el teatro cubano no fue la única fuente de inspiración izquierdista. En los años 70 un crítico brasileño observó que Bertolt Brecht era el autor extranjero más montado en su país. No sorprende que los brasileños, igual que los hispanoamericanos en general, aprendieran a adaptar los conceptos épicos del teatro de Brecht a sus propias circunstancias. La herencia de textos de alta calidad de aquella época ahora nos parece limitada. Vamos al comienzo del siglo, unos cien años atrás, para comentar otra revolución, ésta en Argentina y debido a un joven que, curiosamente, ni siquiera era argentino. Lo que el uruguayo Florencio Sánchez logró en la primera década del siglo tuvo un impacto tremendo sobre la dirección y desarrollo del teatro rioplatense, y hasta tuvo ramificaciones internacionales también. Sánchez fue maestro de la esencia del conflicto, y por medio de su lenguaje realista y un tipo de psicología fácil, inspiró un nuevo sentido de teatro con M’hijo el dotor y La gringa. Hoy en día, precisamente cien años después del estreno de su obra maestra, Barranca abajo, en que el viejo Zoilo se encaró con sus opciones penosas, es difícil imaginar la realidad que él describía. Presentado con el desafío de interpretar una sociedad argentina involucrada en masivos cambios sociales, demográficos y políticos, Sánchez escribió piezas teatrales que denunciaron las tradiciones que habían traído éxito al teatro Podestá que las montasen. Aunque la estrella de Sánchez iluminó la escena porteña por menos de diez años, su herencia todavía perdura. Al dramatizar las inquietudes de una sociedad en un estado de transformación, Sánchez preparó el camino para que la Argentina, y específicamente Buenos Aires, fuera el modelo de teatro urbano en una escala espectacular. La influencia de Sánchez fue enorme, como Pellettieri ha señalado, no sólo en Argentina y Uruguay pero en países más remotos como Brasil, Cuba y hasta en México3 . Buenos Aires es clave para el cuarto momento, o sea, la creación y aportación del Teatro del Pueblo. México y Chile y las islas del Caribe tuvieron sus momentos vanguardistas pero Buenos Aires fue especial por la labor del Teatro del Pueblo, un pequeño teatro subterráneo en Diagonal Norte cerca de Corrientes. El primer teatro, efectivamente una lechería antes, se ubicó en Corrientes 465, en aquel momento un lugar poco distinguido. Leónidas Barletta (1902-1975) fue un hombre muy talentoso: escritor, editor, boxeador, trabajador portuario, periodista y claro está, director teatral. Lo habían descrito como un militante romántico de la izquierda cuyo apoyo del teatro de protesta lo afiliaba, naturalmente, con el grupo literario Boedo (Álvaro Yunque, Roberto Arlt), en contraste con los del grupo Florida (Oliverio Girondo, Jorge Luis Borges, Raúl González Tuñón). Amigo y patrón de los desafortunados, su teatro nació el 30 de noviembre de 1930, pocos días después del golpe militar contra Hipólito Yrigoyen, como vehículo para apoyar un teatro de cambio y protesta social. Antes de su restauración en el año 2000 por la Fundación Somi.
Para mas información hacer click en el siguiente enlace  
http://www.raco.cat/index.php/arrabal/article/viewFile/229327/327866



VIDEO DRAMATIZACIÓN


LITERATURA - DRAMATIZACIÓN 




El término dramatización es aquel que se utiliza para designar a algún tipo de representación o performance actoral en la cual se realiza una actuación de situaciones determinadas y específicas. La palabra proviene de otro sustantivo: drama, que es justamente el modo de representar obras literarias a través del diálogo y de forma oral. El término drama proviene del griego (civilización que creó el teatro como elemento artístico), idioma en el cual significa "acción". Por lo tanto, el drama o la dramatización de algo es realizar una acción, actuar de determinado modo o forma.

O sea, en la dramatización se representa un drama que consiste de una historia que normalmente versa sobre algún tema triste que implica a diversos personajes que son interpretados por actores, normalmente en un escenario de teatro, pero también el género se ha vuelto muy popular en el cine y en la tevé.

Por lo general, cuando se habla de dramatización se hace referencia a la representación actoral en medios como el teatro, el cine o la televisión. En estos espacios, los actores crean personajes a partir de un guion que les indica qué decir, cómo moverse, cómo actuar y cómo demostrar al público determinadas sensaciones, ideas, pensamientos y situaciones generales. Mientras tanto, existe un profesional, el director, que se encargará de dirigir toda la puesta en escena y la actuación.

La importancia de la habilidad dramática del actor
En estos tipos de representaciones es sumamente importante la habilidad dramática con la que cuenten los actores que representan dramas porque de lo contrario será muy difícil conmover o transmitir el contenido dramático de la historia si no son profesionales avezados en la materia. Un buen actor debe saber desempeñarse en cada uno de los géneros que le toque representar en su carrera. Ahora bien, alrededor del drama existe un gran respeto y entonces en nombre de eso muchas veces se le atribuye una presión adicional al actor que le toca interpretar un drama, es decir, se es más exigente cuando se trata de este género. Por caso es que cuando actores muy asociados a la comedia destacan en un drama suelen sorprender a todos.

Orígenes Griegos

Las primeras formas de dramatización tuvieron lugar en la Grecia Antigua, sociedad en la cual el teatro tuvo gran importancia no sólo como forma artística sino también como espacio de debate y representación de los diferentes fenómenos que tomaban lugar en la vida cotidiana (tal como lo son hoy en día los noticieros televisivos). En estos tiempos, la dramatización era una forma de educar al público en diversos tópicos como ser filosóficos, morales, culturales, entre otros.

La dramatización teatral tenía dos formas básicas, bastante diferenciadas entre sí: por un lado, la tragedia y por otro la comedia. Si bien hay variaciones y puntos intermedios entre ellas, la tragedia y la comedia representan las dos formas básicas del teatro (de ahí el típico símbolo de las dos máscaras opuestas, una feliz y otra triste).
Mientras la tragedia representa por lo general situaciones de crisis que afectan a lo más profundo del ser humano, la comedia busca representar situaciones de la vida cotidiana mostrando a sus personajes como seres comunes, poseedores de virtudes y defectos.

La dramatización, sin embargo, no debe ser entendida como una acción puramente teatral o artística. En muchos momentos, cualquier persona común y corriente puede llevar a cabo una dramatización de situaciones vividas con el objetivo de contar a su público circunstancial cómo vivió esa situación, qué se dijo, qué sucedió, etc.
Por caso es que al concepto también se lo emplea para designar la exageración que alguien efectúa de algo, atribuyéndolo rasgos muy dramáticos.
FUENTE: http://www.definicionabc.com/comunicacion/dramatizacion.phpl