viernes, 10 de febrero de 2017

EL TEATRO


EL TEATRO HISPANOAMERICANO:

RAÍZ INDIA Y TRONCO POLIFACÉTICO




En el siglo XX, después de las dos guerras mundiales, vienen inmigrantes y refugiados de distintos lugares de Europa y hasta de Asia. En la ciudad de Buenos Aires, llegó un momento en que se representaban obras en italiano, francés, inglés, alemán y yiddish.
Aspectos filológicos del teatro.
Vamos tener en cuenta primero algunos aspectos filológicos para entrar de lleno después en el teatro como género literario. Tomaremos en consideración la indumentaria y los locales. Si nos ocupamos primero, con un criterio comparativo teniendo en cuenta a teatros muy antiguos, vemos que existen coincidencias notables, (nosotros no podemos hablar de influencias, quede eso para los arqueólogos). En nuestras investigaciones en Centroamérica con referencia al Baile de los gigantes, pudimos constatar que el susodicho baile (obra antiquísima cuyo origen se remonta al Popol Vuh) se ha clasificado como parte del folklore erróneamente. (En las piezas de los tres núcleos culturales que acabamos de mencionar, por lo general la música y la danza se unen a la parte hablada). Pues bien, en esta obra se han perdido los diálogos y se han conservado la música y el baile en casi todas las tribus mayances. Pero en la tribu de los Chortís (que conservan formas más arcaicas) se siguen representando las partes habladas.
Todo esto nos permite demostrar la estructura de la obra teatral primigenia fraccionada con posterioridad en otros lugares. Nos encontramos en ella con un detalle bien curioso en referencia a los trajes, aunque de forma europea, el Rey lleva los cuatro colores rituales: rojo, blanco, amarillo y azul, mientras que el Gigante Negro viste de azul con franjas amarillas. Los verdaderos protagonistas son dos jóvenes que representan a los gemelos redentores del Popol-Vuh: Xunapú e Ixbalanqué, cuyo nombre cambia en la colonia, y como en algo se parece su historia a la del David bíblico, el indio les llama Gavites. Uno de ellos representa a la Luna, el más joven, y el otro al Sol. El primero viste de amarillo y lleva un velo nada menos que con 24 dibujos rectangulares, catorce de color oscuro y diez de color claro. El Gavite solar viste pantalones rosados con una blusa blanca y las mangas también rosadas. Tiene triángulos en el ruedo del pantalón. Es decir, que los trajes simbolizan lo que significa el personaje dentro de la trama y no se ocupan de reconstruir modas regionales o de tradición histórica… En la China, en el teatro tradicional, los trajes son los correspondientes a la antigua dinastía; pero, por otro lado, el color señala un aspecto del personaje: su carácter, su edad o condición sicológica; y así el blanco representa al traidor, el negro a los simples y rectos, el amarillo al astuto, el rosa es el color de los viejos, el azul el de los crueles, y el verde el del demonio. El Noh japonés reproduce los trajes de la clase noble de la época medieval, que es algo así como una especie de sobretodo cruzado por delante. Si lleva una ancha franja en la cintura es que se trata de un personaje noble. Sin la franja puede ser el fantasma de una dama de la corte o una bailarina, y si lleva enrollada la manga derecha es un guerrero.
http://www.circulodeculturapanamericano.org/estudios_sub_pgs/EL%20TEATRO%20HISPANOAMERICANO.htm



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